lunes, 23 de junio de 2008

Año 2012, el tiempo de no tiempo.


Los mayas nos dicen que desde el centro de la galaxia (Hunab Ku), cada 5.125 años, surge un "rayo sincronizador", que justamente sincroniza al sol y a todos los planetas, con una poderosa emanación de energía. En la rotación completa del sistema solar en la galaxia, ellos hacían una división de dicha elipse en dos, con una fracción cada una de 12.812 años, llamando a la fracción más cercana al centro de la galaxia, Día, y a la parte más alejada de Hunab Ku; Noche, tal cual se divide en día y noche en la Tierra. A su vez, dicha elipse era partida en cinco períodos de 5.125 años: los cuales eran: Mañana, Mediodía, Tarde, Atardecer y Noche.


Según los mayas, justamente en nuestro nuevo milenio, estaremos ingresando en la mañana galáctica, y es marcada por el rayo sincronizador desde Hunab Ku.
Ahora bien, en el año 1998, se descubrió que desde el centro de la galaxia, comenzó a emitirse enormes cantidades de energía... ¿mera coincidencia? Los mayas nos dicen que el período intermedio al traspaso, dura 20 años, y ellos lo llaman "El tiempo del No-Tiempo", en donde ocurren grandes cambios. Es allí cuando debemos ser capaces de transformarnos, puesto que será nuestra decisión seguir como humanidad o perecer en nuestra autodestrucción.

Esta transformación implica algo tan profundo como la elección de evolucionar. Energéticamente, concientemente, completamente. Los datos científicos recopilados en estos años respaldan esto. Veamos cómo: En septiembre de 1994, todas las líneas magnéticas terrestres sufrieron disturbios, disminuyendo y moviéndose; lo cual ocasionó que muchas ballenas encallaran, y pájaros en migración se perdieran. Incluso en los aeropuertos, debieron reimprimirse mapas, y los aviones debieron aterrizar manualmente.
En 1996, Soho, el satélite enviado a estudiar al sol, descubrió que nuestra estrella ya no tenía polo norte y/o sur, se había convertido en un solo campo magnético, las polaridades se homogeneizaron. En el mismo año, se produjo un "bamboleo" magnético que ocasionó que nuestro Polo Sur, en un solo día, se moviera 17º de su posición, comportándose erráticamente. En el 97, ocurrieron grandes tormentas magnéticas provenientes del sol, que incluso destruyeron satélites orbitando la Tierra. Según las mediciones comparadas, la tierra se ha acelerado y ha perdido gran parte de su energía magnética, ya que en 1996, teníamos 4 Gaus, y en 1999, había disminuido a 1.5 Gaus. La aceleración de la frecuencia vibratoria terrestre se demuestra en que en 1997, la frecuencia era de 7.8 Hz, mientras que en 1999 se elevó a 11.5 Hz.

¿Pero en que nos afecta esto?

Al disminuir a 0 Gaus, primero se produce en la persona gran confusión, luego manifiesta agresividad en aumento, hasta llegar a la locura; lo cual implica que el electromagnetismo influye directamente en la conciencia y la razón. A su vez, la aceleración terrestre de la frecuencia nos afecta vibracionalmente, transmitiéndonos la misma agitación. Sabemos que el "sonido del silencio" o sea la resonancia Schuman es de 7.1 Hz, en donde todo entra en armonía, equilibrándose. En nuestro cuerpo, las ondas cerebrales se dividen en Beta, Alfa, Theta y Delta, medidas en Hertzios. Beta, el estado de alerta, consciente y lúcido, se encuentra entre 12-30 Hz; Alfa, el estado mas relajado, de meditación y ensueño, es de 8 a 12 Hz, Theta de 4 a 8 Hz y Delta de 1 a 4 Hz. Cuanto más profunda es nuestra relajación, baja dicha frecuencia. Sabido es que necesitamos descansar para seguir adelante con fuerzas renovadas.


¿Sería posible la relajación si la vibración circundante y
envolvente de la tierra es tan elevada?


Eventualmente, comenzaría a provocar en la gente insomnio, incapacidad de concentración, nerviosismo, características cada vez más acentuadas en estos últimos años, que se achaca muchas veces al ritmo de vida estresante de la sociedad moderna; pero al ir esto en incremento.

¿Podría soportar una persona que no pueda manejar sus emociones,
que no sepa entrar en un estado de conciencia más profundo y
relajado, que no pueda crear un campo magnético propio?


Es probable que no.
Se plantea seriamente entonces la necesidad de evolucionar, de cambiar en una forma más elevada, puesto que según los mayas, esta aceleración planetaria, y su consiguiente pérdida de campo magnético irá en crescendo, llegando tal vez a 0 Gaus, e invirtiéndose la polaridad planetaria, los cual nos afectaría enormemente.
El temor cada vez más manifiesto, la locura callejera, la violencia inconcebible, la desazón y la fatiga moral, son una demostración clarísima de que tan poderosos son los efectos de la perturbación a gran escala de nuestro planeta, vibracional y electromagnéticamente


La fecha clave del final de este proceso, es el año 2012, cuando termina el "Tiempo del No-Tiempo". Curioso es tal vez, mencionar, que según los estudios matemáticos de Paracelso, sobre el llamado "Final del Tiempo", nos dice que en realidad, dicho época marcadas por finales o principios, ronda exactamente en los años 2012, al 2017, (lo cual se correlaciona con el calendario de Nostradamus, cuyo desfasaje se produce debido al calendario gregoriano, adoptado hasta la fecha).

adolfocanals@educ.ar

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