
Ruge el viento, aleonado, amenaza con la destrucción. Es día de nieblas, y a lo lejos la sombra negra pasea haciendo recuento de sus maldades. Las cuenta con avaricia.
Con la mirada doy una señal a la ventisca, que rauda arrastra la sombra, elevándola patas arriba. Divertida la imagen del mal, invertida, con las faldas cubriéndola el rostro y dirigiéndose al destierro, camino de su perdición, y de perderse.
No hay farol contra la que no estrelle su cabeza a su paso. La maldad va adquiriendo formas achichonadas y grotescas. Mi liberación va tomando el perfil de la felicidad, el viento se hace brisa, el sol levanta las brumas.
Voy corriendo a soñar de nuevo.
adolfocanals@educ.ar
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