lunes, 9 de junio de 2008

Perdiendo el tiempo.


-
Perdona, ¿me puedes decir la hora?
- No, lo siento, nunca uso reloj.
- ¿Por qué?
- Porque no tengo tiempo.
- ¿Y a qué esperas para tenerlo?
- Yo no espero, yo hago tiempo.
- Oye, no es éste el tiempo para hacer bromas.
- Tienes razón, ¿mejor nos damos un tiempo?
- ¡Pero si has dicho que no tienes!
- ¿Eso he dicho, en serio? ¿Hace cuánto tiempo lo he dicho?
- No sé, no he mirado el reloj.
- Es que tú tampoco llevas.
- Es verdad, no me acordaba.
- Cambiemos de tema… ¿Qué estás leyendo ahora?
- “Tiempo de silencio”, ¿y tú?
- Yo, “Reloj no marques las horas”.
- Eso es una canción, no un libro.
- ¡Bravo! Te has percatado del error a tiempo.
- Sí, de un tiempo a esta parte soy más observador.
- El tiempo todo lo cura, hasta el despiste.
- Pues nada, haciendo el ganso hemos pasado el tiempo.
- Yo hago mejor la oca, por algo me apellido Montesdeoca.
- Ah, cierto, no nos habíamos presentado. Mi nombre es Cronos.
- Encantado.
- Lo mismo digo. Soy un dios. El dios del tiempo.
- Yo soy hombre y meteorólogo. El hombre del tiempo.
- Qué suerte. Te hacía relojero.
- Ya ves.
- Sí, ya veo. Tengo que dejarte, o no llegaré a tiempo.
- De acuerdo, hasta otra.
- Hasta pronto.

...que se nos pasa el tiempo....
ahhhh, en mi física el tiempo no existe...
entonces para qué perder tiempo escribiendo sobre el tiempo...
antes que sea tarde...me despido por un corto tiempo.

adolfocanals@educ.ar


No hay comentarios: