La pequeña media luna colgando le confería un aspecto mucho más maduro.
El vetusto y cansando lobo la miraba con extrañeza y hasta con cierto temor.
- Ven lobito, te has perdido?
Yo te ayudaré a encontrar el camino.
El lobo desconcertado no atinaba a mover una sola pata,
mientras interiormente se preguntaba que le había pasado a ella.
Aún no era consciente de que el telón se había abierto para una nueva función,
un nuevo guión,
una nueva caperucita...
adolfocanals@educ.ar
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