lunes, 11 de agosto de 2008

Marioneta de madera ...


Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta
de madera, y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría
todo lo que pienso, pero, en definitiva pensaría todo lo que digo.

Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.
Dormiría poco y soñaría mas,
entiendo que por cada minuto que
cerramos los ojos,
perdemos sesenta segundos de luz.

Andaría cuando los demás se detienen,
despertaría cuando los
demás duermen,
escucharía mientras los demás hablan,
y ...

¡ cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate...!

Si Dios me obsequiara un trozo de vida,
vestiría sencillo,
me tiraría
de bruces al sol, dejando al descubierto,
no solamente mi cuerpo,
sino mi alma.

Dios mío, si yo tuviera un corazón....

Escribiría mi odio sobre el hielo,
y esperaría a que saliera el sol.

Pintaría con un sueño de Van Gogh
sobre las estrellas un poema de
Benedetti,
y una canción de Serrat
sería la serenata que le ofrecería
a la luna.

Regaría con mis lágrimas las rosas,
para sentir el dolor de sus espinas,

y el encarnado beso de sus pétalos...

Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida...

No dejaría pasar un solo día
sin decirle a la gente que quiero, que la quiero.
Convencería a cada mujer de que ella es mi favorita
y viviría enamorado
del amor.

A los hombres les probaría cuan equivocados
están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen,
sin saber que envejecen
cuando dejan de enamorarse.

A un niño le daría alas, pero dejaría que él solo aprendiese a volar.

A los viejos,
les enseñaría que la muerte no llega con la vejez
sino con el olvido.

Tantas cosas he aprendido de ustedes los hombres.....

He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña,
sin saber que la verdadera felicidad esta en la forma de subir la escarpada.

He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño
por vez primera el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre.

He aprendido que un hombre únicamente tiene derecho de mirar
a otro
hombre hacia abajo, cuando ha de ayudarlo a levantarse.

Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes,
pero finalmente de mucho no
habrán de servir porque cuando
me guarden dentro de esta valija ...


infelizmente me estaré muriendo....

adolfocanals@educ.ar

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