«Decía el informe que la secuencia axial mostraba un cartílago excéntrico de aspecto protuberante en ambos cuernos, anterior y posterior, con una concavidad irrisoria indemne del cuerpo delicuescente anterior.
Decía que había rotura oblicua de grado II del cuerno histriónico de carácter metafísico. Los ligamentos oblongos, anterior y posterior, y laterales aparecían dislocados, formando un dédalo, encontrándose fisuras retroparietales con líquido de coloración de gules tornasolados.
Decía que había plicas de conglomerados orgánicos en los recesos laterales.
Decía que la rótula mostraba una lesión crónica, como consecuencia de una degeneración erosiva condrial en edema patelar, sin subluxación valorable, con lesión parcial de tendinitis del cuadricipital e indemnidad del rotuliano, sugestivo de condriopatía moderada...
No pude seguir leyendo el informe. Me quedé hipnotizado por aquella sucesión misteriosa de palabras.
Fue entonces cuando me saqué el menisco con los dedos y me lo comí. Tenía un sabor amargo y su consistencia era la de una lámina de vidrio.»
adolfocanals@educ.ar
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