Una niña yemení de ocho años logró escapar de la casa conyugal hace dos semanas y llegar hasta el tribunal para denunciar a su padre y a su marido.
Se llama Nayud Mohamad Naser, tiene tan solo ocho años y pidió a un juez de su país que le ayude a conseguir el divorcio después de que su padre la obligara a casarse y a convivir con un hombre de 30 años.
"Trataba de huir de una habitación a otra, pero él me perseguía, me maltrataba y hacía conmigo lo que deseaba, cosas que no entiendo.
Cuando me veía jugando, también me golpeaba y me pedía ir al dormitorio. Lloraba mucho, pero nadie me ayudaba"
El marido de Nayud no ha aceptado el divorcio.
Ante el juez, manifestó:
«No me divorciaré. Tengo derecho a quedármela.
Ningún poder podrá pararme».
Pero el juez de un tribunal de primera instancia en Saná, la capital de Yemen, dispuso que se encarcelara al marido y al padre, aunque luego liberó a este último por problemas de salud.
La extrema pobreza en ese país es, muchas veces, la causa de que los padres yemeníes obliguen a casar a sus hijas desde pequeñas.
El 52 % de las pobladoras de zonas rurales y beduinas se casan entre los siete y los 10 años. Ninguna legislación prohíbe este tipo de matrimonios. ¿Estamos ante un tipo de pederastia protegida por una cultura ?
La sonrisa de Nayud, al sentirse lejos de su calvario, nos ha abierto una brecha de esperanza. Quizás algo esta empezando a cambiar.
Nayud Mohamad Naser y su abogada.
"Me siento feliz por estar ahora divorciada.
Podré ir de nuevo a la escuela"
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