Se han detectado moléculas orgánicas – en la forma de metano – en un planeta fuera de nuestro Sistema Solar por primera vez. El planeta gigante está demasiado cerca de su estrella madre como para que el metano sea signo de vida, pero la detección ofrece una esperanza a los astrónomos de que un día analizarán las atmósferas de mundos similares a la Tierra.
Las observaciones confirman una detección provisional anterior de vapor de agua y revela la presencia de gas metano.
“Inicialmente, esto es sorprendente”, dice Sara Seager del MIT en Cambridge, Estados Unidos, quien no estuvo implicada en el estudio. Dado que HD 189733b orbita muy cerca de su estrella madre – sólo a un 10% de la distancia que Mercurio lo hace del Sol, con temperaturas atmosféricas de aproximadamente 700 grados Celsius. “Cuando la temperatura es tan alta, la forma predominante del carbono debería ser el monóxido de carbono, no el metano”, dice Seager.
Los autores sugieren que algún proceso químico aún incomprendido podría ser el responsable, ya sea concentrando el metano en las partes más frías de la atmósfera, o generando directamente metano extra. Alternativamente, el metano podría simplemente indicar que el planeta es muy rico en carbono, dice Seager.
Esta combinación de agua y moléculas orgánicas sería prometedora para la vida si se hallase en un punto menos hostil que la atmósfera de un gas gigante ardiente.
Finalmente, los astrónomos esperan ser capaces de analizar las atmósferas de planetas menores más similares a la tierra, y el nuevo estudio es un gran paso en esta dirección, dice Seager. “El camino sobre el que estamos lleva a los planetas rocosos”, dijo a New Scientist. “Estoy realmente entusiasmada con esto”.
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