Dejo la llama
que prendió errores y tristezas,
renace entre cenizas y ascuas
la ilusión de lo venidero,
el ansia de lo extraño,
desconocido,
el aire nuevo al respirar
que antes respiraron.
Y trepo
por escaleras sin escalones,
por pendientes antes empinadas
que ahora se me antojan toboganes.
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