
Vaca amarilla (Franz Marc -1911)
Hace unos días vi un fantástico reportaje en televisión sobre el proyecto de Radio Colifata.
Supongo que todos saben de lo que hablo, pero por si hay alguno que no lo sabe,
Supongo que todos saben de lo que hablo, pero por si hay alguno que no lo sabe,
diré que se trata de una emisora de radio argentina que realiza sus programas
desde los jardines de un hospital psiquiatrico (el José Tiburcio Borda de Buenos Aires),
y cuyos "reporteros" son los pacientes.
De éste modo tratan de ofrecerles una forma de comunicarse con el mundo, utilizando la radio como terapia. Hacen entrevistas a gente conocida que acude al programa, leen poesía, charlan... incluso participaron en un concierto de Manu Chao (maravilloso verles disfrutar en el escenario ante miles de personas).
Uno de los creadores del proyecto decía en el documental que lo que pretenden con ésta radio es devolverles la voz a los que la perdieron, para conseguir que vuelvan a ser escuchados.
¿Pero, realmente estamos dispuestos a escucharlos?
La verdad es que siempre he sentido una inmensa ternura por las personas que,
La verdad es que siempre he sentido una inmensa ternura por las personas que,
por el motivo que fuera,
en su día perdieron el equilibrio.
Y viendo éste reportaje, te das cuenta de lo fina que es esa línea en ocasiones...
Personas quizá más sensibles de lo normal, que sienten el dolor con mucha más profundidad, hasta que un día ese dolor se apodera de ellos y su mente huye para refugiarse en algún lugar más seguro.
Así los veo yo.
Por eso al ver el documental y escuchar sus testimonios, llenos de confusión y desorden pero también sembrados de frases sabias y llenas de sensibilidad, pienso en que esa persona podríamos ser cualquiera de nosotros.
Por eso al ver el documental y escuchar sus testimonios, llenos de confusión y desorden pero también sembrados de frases sabias y llenas de sensibilidad, pienso en que esa persona podríamos ser cualquiera de nosotros.
Y saber que, gracias a ese proyecto y a los que lo impulsan, algunos de ellos están viviendo maravillosas experiencias, me devuelve la fe en el ser humano.
Así que prestémosles un minuto de nuestra ocupada y
cuerda vida para escuchar lo que nos tienen que decir.
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