sábado, 14 de febrero de 2009

Armagedon.

Primero fueron las piedras, 
en ellas se grabó a fuego el nombre de los monstruos. 
Luego las piedras se hundieron en el mar, 
no nacieron peces en muchos años, 
y los pueblos cercanos tuvieron que marchar. 

Con el tiempo, la tierra giró y se agrietó, crecieron montañas,
 murieron civilizaciones. 
En cada grano de arena de las playas, 
fragmentos de aquellos nombres siguen escritos, 
como partes ínfimas de un rompecabezas gigantesco. 

El agua y el viento mueven la arena, no se cansan de buscar combinaciones,
 y cuando compongan los nombres ya no habrá más agua, 
ni más viento, ni más palabras.

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