Hay un instante entre el sueño y el despertar.
Un espacio tangible entre los músculos y los huesos.
Hay un vacío, cómo un túnel, que empieza en uno
Y se extiende a los confines del universo.
Hay una calidez que irradia y se expande.
Hay un firmamento entre la pupila y el nervio ocular.
Hay una eternidad en un punto del cerebro.
Hay un sabor que se adhiere en las papilas.
Hay una sinfonía de tambores que revienta en las sienes,
Las muñecas, los talones.
Hay una explosión que no acaba, paralizada en gelatina.
Esperando.
Una galaxia que se estira y gira, buscando respirar.
Ser.
Existir.
Aguardando a que el ojo mire hacia adentro;
Y el pensamiento corra hacia adentro;
Y el mundo evolucione hacia adentro;
Y el valor fluya hacia adentro;
Y la vida camine hacia adentro;
Y lo inevitable ocurra;
Y lo impensable sea pensando;
Y lo indecible sea expresado;
Y lo increíble sea creído.
Hay un instante de absoluta realidad.
Esperando.
Por ti.
Esperándote a ti.
Esperando a que veas lo que siempre ha estado.
El alfa y el omega.
El Big Bang.
El nacimiento de las bacterias.
El Satori universal.
Esperando a que te atrevas a mirar.
A mirarte.
A verte.
A aceptarte.
Tal y como eres.
Hay ese instante.
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