martes, 17 de febrero de 2009

Promesa...


Cansada del protocolo, 
Ella se escapó del palacio por la puerta de servicio. 
Era de noche. 
Caminó hacia el río.

Lo encontró en una calle estrecha y empedrada.
 Alto, misterioso, llevaba un maletín oscuro. 
La saludó: en sus labios se dibujaba una extraña sonrisa. 
Sus anchas manos la acariciaron. Temblaba. 
Luego la soltó y se alejó unos pasos.

—Debo irme, princesa.
—¡Tu nombre! Quiero volverte a ver.

—Me llamaban Jack y regresaré por ti. 
Te buscaré en París, alguna noche, en el puente Alma.

Luego, se alejó calle abajo.
Hasta que se volvieron a ver.

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