Problemas con gases y fluidos.
Otro recuerdo de mi COLIMBA, fue la inmersión en el A.R.A. Santa Fe S-11, un submarino de clase Balbao, de fabricación americana que sirvió en la armada Argentina desde los años 1960 -1971, anteriormente era el USS Macabi SS-375 entre los años 1944 y 1960.
Para dibujar una idea objetiva de una inmersión en una nave de la segunda guerra mundial, claro un poco modernizada, se asemejaba a viajar en un viejo micro de línea atestado de gente.
El espacio más despejado para estar era acostarse sobre los torpedos en la cabina de torpedos, luego todo una maraña de cables, cañerías, llaves, puertas estancas, y más y más elementos metálicos, sumado a su tripulación entre 80 y 85 almas con su volumen de masa, lo cual dejaba nula cualquier idea de un espacio de relax.
Algo que destacar era la prolija rutina de movimientos, pues de ella dependía no ser atropellado ni pisado, sin un mero perdón a posterior, más seguramente la culpa sería del propio pisado con lo que ello conlleva.
Ahora pasemos al nudo de este recuerdo, años después de tal navegación, en la facultad de Ciencias Exactas, en la carrera de Física pude comprender la real definición de:
La Ley de los gases ideales
Su expresión matemática es:
P.V. = n . R. T
Siendo P la presión, V el volumen, n el número de moles, R la constante universal de los gases ideales y T la temperatura en Kelvin.
El valor de R depende de las unidades que se estén utilizando:
R = 0,082 atm·l·K-1·mol-1 si se trabaja con atmósferas y litros
R = 8,31451 J·K-1·mol-1 si se trabaja en Sistema Internacional de Unidades
R = 1,987 cal·K-1·mol-1
R = 8,31451 10-10 erg ·K-1·mol-1
De esta ley se deduce que un mol de gas ideal ocupa siempre un volumen igual a 22,4 litros a
0 °C y 1 atmósfera.
También se le llama la ecuación de estado de los gases; ya que solo depende del estado actual en que se encuentre el gas.
La experiencia fue más o menos de esta forma:
En una nave donde no hay forma de ver hacia afuera y estando sumergido en las profundidas del mar, los ojos son el sistema de sonar, que trabaja por el sistema Eco-Dopller, se emite una señal de eco, que al encontrar algo en su camino rebota y regresa, dando la ubicación de tal objeto, de la misma forma otra nave busca en este caso al A.R.A. Santa Fe.
Estando de simulacro de combate, misión: atacar la base de submarinos de Mar del Plata, deberíamos entrar sin era detectados y hundir a la nave insigne de la defensa que en ese ejercicio de combate era El Crucero A.R.A. Belgrano del cual ya les comenté.
Su comandante el Almirante Emilio Massera, Capitán de Navío por esos tiempos. Una vez declarada la situación de combate, al entrar en zona de sonar, queda altamente prohibido ejecutar cualquier sonido por el cual pueda ser detectado el submarino.
Y así entramos en el primer día de acecho a la base, lo cual duró tres días, tema que será relevante a posterior en el relato.
Estamos dentro de un habitáculo donde lo más feo para soportar en la sensación de ser apretujados por la presión del agua sobre el metal, y ese crujido digno de la más cruel película de terror que te acompaña durante la inmersión. El resto se soporta, bueno eso creía.
Como todo ejercicio se respeta la hora de la cena, y es allí el nudo del tema, las leyes de la física sobre fluidos y gases, es muy clara, luego de superar aquellos 22,4 litros que ocupa un mol de gas, este debe fluir libremente, cuando el sistema es de circulación.
Ahora, luego de una cena de guiso de lentejas, el sistema digestivo de las 85 almas siguió su rutina a igual que todos nosotros. Pasadas las horas donde el sistema digestivo elaboró parte de la materia y produjo gases internos, estos deben salir de forma muy natural y haciendo caso de aquello que dice: dejemos salir al pobrecito, afuera tiene más espacio...
Pero claro ese sutil sonido provocaría dar información de la ubicación del submarino, así que altamente prohibido dejar fluir libremente aquellos gases producido por el guiso de lentejas y la rutina del aparato digestivo.
Todo culmina en un VIVA LA PATRIA, y aguantarlos...
Todos hemos pasado por una situación donde dejarlos salir es un poco incómoda, pero no les cuento por tres día, y con más comida dentro del sistema digestivo es complejo.
Fueron muchos los VIVAS LA PATRIA y los estómagos hinchados, ahora más allá del sonido altamente peligroso, sumen que al no tener ventanas por las cuales aliviar el tufo de los mismos, creo que preferíamos la bandera blanca a soportar el libre andar de aquellos comprimido gases de 85 masas ya más que almas. Pero bueno héroes hay en todas la películas y en esta fuimos los 85 del Santa Fe.
Luego de terminar exitosamente la toma de la base de Mar del Plata y hundir en forma virtual al buque insigne con su comandante y todo, de haber sido real, quizá nos hubieran hoy condecorados o no quien sabe.
Se dio la orden de subir a superficie ... y allí si señores ...
Una sucesión de sonidos que alertaron hasta la flota japonesa en le otro extremo del planeta,
el lugar del Santa Fe, y más creo que cualquier olfato de 100 millas marinas a la redonda nos detectó esa mañana.
Lo cual físicamente años después pude entender, claro esa explicación científica no hubiese sido entendida por el comandante del submarino.
Otro grato y perfumado recuerdo de mi COLIMBA
Nota: En acorazado A.R.A. Belgrarno y el submarino A.R.A. Santa Fe, fueron hundidos en la Guerra de las Malvinas, por la flota Británica.
Nota 2: La Armada Argentina me declaró persona YETA (de mala suerte.), ya que navegué en ambas naves.
Colimba : Sericio Militar obligatorio, ya abolido en Argentina.
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