lunes, 29 de junio de 2009

Burka, La Cárcel De Tela

Burka, La Cárcel De Tela

La introducción de esta prenda se produjo en Afganistán a principios del siglo XX,
durante el mandato de Habibullah (1901-1919),
quien impuso su uso a las mujeres que componían su numeroso harén,
para evitar que la belleza del rostro de estas tentara a otros hombres.

Así pues el burka se convirtió en una vestimenta
utilizada por la clase alta,
quien de este modo se "aislaba" del pueblo llano,
evitando así su mirada.

En la década de los 50 su uso se generalizó en la mayoría de la población,
si bien seguía siendo una prenda de las clases acomodadas.

Como ya se ha dicho se extendió entre todas las capas sociales
en un acto de imitación de clase alta,
ya que se consideraba un símbolo positivo de estatus social.


La burka no es un vestido,
es una cárcel que somete a las mujeres a la terrible dificultad
de no ver con claridad nada que no se encuentre
a un metro de distancia frente a sus ojos.


Produce una visión de "anteojeras",
que les hace perder la vista de los ángulos laterales
estrechando el campo visual que aparece,
detrás de las celdas del tejido que se abre a la altura de los ojos,
"enrejando" todo lo percibido.









Las mujeres viajan en los maleteros de los taxis











Las miradas de estas mujeres están presas, como sus cuerpos.








Identificación de una mujer.










Las mujeres afganas tienen la prohibición de:
pasear solas por la calle, trabajar,
estudiar e incluso recibir asistencia médica
salvo en hospitales destartalados sin agua,
ni electricidad, ni quirófano al que sólo se va a morir.



Ropa hospitalaria
La Maternidad Malalai está rodeada por un muro de cemento
construido por los talibanes, con dos ventanucos diminutos.
Del otro lado acampan los hombres
que esperan a las mujeres internadas;
sigue sin permitírseles entrar,
como durante el gobierno de los talibanes,
y hablan con sus esposas por los diminutos ventanucos.
"El régimen talibán ya no está -dice Suraya Dalil,
una médica afgana que participa en la Iniciativa Maternidad Segura,
de Unicef-, pero su muro sigue en pie."

Nacer con burka.

Cuando una mujer está embarazada, los afgailos dicen que está enferma.
En la Maternidad Malalai, la mayor del país,
las mujeres son dadas de alta pocas horas después del parto
por la enorme demanda de camas.
Pero el 97% de las mujeres afganas da a luz en sus casas
porque tienen prohibido consultar a médicos varones
y casi nunca dispo nen de medios de transporte
para llegar a un tratamiento médico.
Un informe reciente de Médicos por los Derechos Humanos
indica que el 40% de las mujeres que mueren durante su período de fertilidad
es por complicaciones en el parto.



Hasta para bañarse en público tienen que ir tapadas totalmente.






¿MUJER ?



¿Que identidad tienen?




A menudo,
la poca visibilidad que permite la pequeña apertura provoca,
al cruzar las calles,
serios accidentes que llevan a estas mujeres a la muerte.

LAPIDACIÓN

El adulterio está penado con la lapidación.

La mujer es metida en el suelo en un agujero
y tapada con tierra hasta el pecho.

A continuación los “hombres” le arrojan piedras hasta matarla.

Las piedras no deben ser ni tan grandes
como para causarle la muerte rápida,
ni tan pequeñas que no se puedan considerar “piedras”


Dibujo realizado por un niño afgano.

Debajo de la burka, la mirada de la madre no existe.

No existe su rostro, su voz se distorsiona
y es imposible el contacto con su piel.

Tampoco existe para estas mujeres la mirada del hijo al amamantar.

No hay vínculo ni sostén a través de este soporte básico
y constituyente de un Otro.

No hay mirada.

(fuente:mensajesdenaufragosenunabotella)


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