sábado, 11 de julio de 2009

Instantes para tus sueños ...

Anoche tu sueño

tardó en arrullarte,

en sombras, risueño

jugó hasta muy tarde.



Cerraste los ojos,

fuiste contando ovejas

y feroces lobos,

y abuelas muy viejas.



Tras de tu cortina

toda una fortuna,

en plata divina,

cuernitos de luna.



Lunita de trapo,

como un balancín,

¡Arriba y abajo!

Meciéndome a tí.



La luna seguía

el mismo compás

y, al fin, te dormías

de tanto arrullar.


En suave vaivén

te dejé en tu cama.


-¡¡Qué duermas muy bien!!

Yo vuelvo mañana.


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