
Personalmente, ahora sí estoy casi convencido que dentro de unos años las portadas de los periódicos electrónicos anunciarán uno de los descubrimientos más trascendentes de la historia de la humanidad: no estamos solos en el Universo.
De momento, los planetas que podemos descubrir en compañía con los telescopios actuales son muy grandes y demasiado cercanos a las estrellas como para poder contener formas de vida mínimamente parecidas a la nuestra, pero mañana la NASA enviará al espacio untelescopio más potente que permitirá rastrear planetas parecidos a la Tierra, en lo que representa un nuevo gran paso para hallar señales de vida.
Buscando planetas más allá del Sistema Solar,
¿Por que buscamos planetas en otras estrellas?
Para satisfacer nuestro instinto de curiosidad y exploración!
Si ... Pero científicamente hablando, a que pregunta queremos responder?
La detección de planetas extrasolares nos ayuda a comprender las circunstancias de formación del Sistema Solar y es el primer paso para entender cuan extraña, preciosa y variada puede emerger la vida en el Universo.
Hace 15 años, sabíamos de una estrella que albergaba un sistema planetario,
el Sol, y de los nueve planetas que lo orbitan sabemos sólo de uno que contenga vida.
Este panorama está cambiando.
En un par de años se van a mandar sondas a Marte para buscar formas de vida exóticas en el subsuelo y a día de hoy tenemos evidencia de más de 350 mundos alrededor de otras estrellas.
La mayoría de exoplanetas conocidos son gigantes de gas como Júpiter, porque es mas fácil detectarlos, pero ya empezamos a encontrar a los más pequeños (supertierras ).

¡Detectar exoplanetas no es fácil!
No emiten luz propia, solamente la reflejan y hay que buscarlos de forma indirecta.
Aunque se han propuesto muchos métodos de detección, en la práctica solamente unos pocos han funcionado: espectroscopia Doppler, tránsitos, microlentes gravitatorias,
astrometría e imagen directa.
El orden no está escogido al azar.
La espectroscopia Doppler es el método que ha dado más
y mejores resultados.
La mayoría de los 350 candidatos se deben a esta técnica que consiste en medir el movimiento radial de la estrella debido a la fuerza que ejerce el planeta sobre ella a lo largo de su órbita.

Su éxito se debe, en parte, a una coincidencia afortunada que tomo a todo el mundo por sorpresa.
En Diciembre de 1995 los astrónomos suizos Michel Mayor y Didier Queloz
anunciaban la detección del primer objeto de masa planetaria alrededor de otra estrella,
51 Peg b ,
una estrella cercana poco peculiar y parecida al Sol.
Sin embargo, 51 Peg b si tiene un elemento sorprendente;
su periodo orbital es de 4,2 días solamente.
Como más corto es el periodo orbital de un planeta, más cercano debe estar a la estrella
y más rápido debe moverse, de ahí el éxito del método espectroscópico.
En comparación, la órbita de Mercurio es de casi tres meses.
Haciendo caso a los teóricos de la época, 51 Peg b nunca debería haber existido.
Los planetas gigantes deben formarse en órbitas alejadas, donde el gas es frío y abundante durante los primeros millones de años de vida de una estrella.
Actualmente, la idea más aceptada es que los planetas migran, es decir,
cambian su órbita significativamente después de su formación.
Esto no ocurrió de forma muy drástica en el sistema solar o Júpiter habría barrido la Tierra
y el resto de pequeños planetas interiores.
En 51 Peg no tuvieron tanta suerte.
La existencia de órbitas tan cercanas a la estrella sugiere otro método de detección:
los tránsitos. Un planeta pasará por delante de su estrella periódicamente bloqueando
una pequeña parte de la luz si la inclinación orbital es la adecuada.

Al margen de los grandes acontecimientos que ocurren en el mundo,
me preparo para mi primer experimento planetario en el Mauna Kea , Hawaii.
En resumen,
un pasito más hacia la respuesta a una vieja pregunta que trasciende a la astronomía.
¿Existen otros lugares como la Tierra?
¿Es la vida, tal y cómo la conocemos,
un fenómeno común en el universo?...
¿estamos solos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario