martes, 3 de agosto de 2010

Ella y sus huesos ...

Allí estaba Ella,

con sus amigas en una conversación mantenida en un café muy frecuentado, un domingo por la tarde.

- Necesito un cadáver que no huela- afirmó preocupada.

- Mételo en ácido sulfúrico- le sugirió enseguida.

- Sí, pero eso ¿es fácil de conseguir?

¿De dónde lo saco?-

preguntó inquisitiva.

- Algo se nos ocurrirá.

Puedes obtenerlo de... (Menciona una fábrica cercana).

- Y ¿tardará mucho en convertirse en esqueleto?...

y sobre todo ¿me quedará blanquito?

Eso me interesa mucho.....

- Lo de blanquito no sé, pero renueva el ácido sulfúrico,

no escatimes, cámbialo un par de veces que pierde fuerza -

me dijo con acento profesional -

además - añadió muy práctico -

puede ir perfecto por el desagüe añadiéndole agua en cantidad;

no pasa nada.

- Estupendo - dijo con la mirada iluminada.

Después de un rato,

notó con extrañeza alrededor de ellas un silencio alarmante.

Habían quedado completamente solas en el café

y sirenas ululando en el exterior.

Claro…

Ella no llevaba colgado su cartel de Kinesióloga...

(Para Francisca)

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