martes, 21 de junio de 2011

La actividad solar podría afectar al decaimiento de núcleos terrestres

Varios grupos de científicos de forma independiente han detectado variaciones en el periodo de semidesintegración de algunos núcleos de forma anual. 

Además, parece ser que estas variaciones no están solo relacionadas con la distancia de la Tierra al Sol sino que además tienen una periodicidad atribuible
 a la rotación solar.


Además, se han venido encontrando variaciones en los periodos de semidesintegración coincidentes en el tiempo con algunas fulguraciones solares en diciembre de 2010, que podrían indicar que la actividad solar afecta a este tipo de eventos nucleares. 
La influencia podría provenir de algún tipo de sabor de los neutrinos solares, o de otro tipo de objetos que se comportarían de forma similar a los neutrinos, es decir, ambos interaccionarían mediante la interacción débil.
El estudio completo se titula “Evidence for time-varying nuclear decay dates: experimental results and their implications for new physics”, arXiv:1106.1470v1 [nucl-ex], Ephraim Fischbach, Jere H. Jenkins, Peter A. Sturrock.

En los años 30 Rutherford, Chadwick y Ellis llegaron a la conclusión de que el periodo de semidesintegración debería ser constante en cualquier circunstancia. 
Los periodos de semidesintegración de los núcleos y partículas se consideran constantes fundamentales de la naturaleza y constituye un enorme desafío reciente el detectar estas variaciones además por varios grupos diferentes.
Algunos cambios periódicos son atribuíbles al Sol, ya sea mediante la variación de la distancia (fruto de que la Tierra orbita a su alrededor) o mediante los cambios en la actividad solar. 
Pero otros cambios pueden estar dependiendo de otro tipo de eventos, como por ejemplo, la rotación solar. 
Esto podría ocurrir si de algún modo las influencias que causan estas variaciones en los periodos de semidesintegración no estuvieran distribuídos de forma homogénea por la superficie solar.
De unos 32 días aproximadamente, que puede ser interpretada como una evidencia de la asimetría este-oeste en el Sol, quizás asociable a la lenta rotación del núcleo solar. 



Otros, muestran periodicidades de 173 días, similares a la periodicidad de Rieger (un cierto tipo de actividad solar). 

Otros trabajos más recientes muestran que el desfase aparente en el número de máximos que se esperarían por la variación en la distancia al sol son atribuibles
 a una asimetría Norte-Sur.


Análisis más detallados han revelado que hay una periodicidad de
Estas observaciones no están relacionadas directamente con el periodo de rotación solar, pero ayudan a afianzar la idea de que ciertas asimetrías en el Sol estén relacionadas con la variación en la periodicidad. 
En cierto sentido, estas variaciones en la periodicidad podrían llegar a servir para estudiar el interior del Sol a través de una nueva técnica que podría llamarse “helioradiologia”.
Existe por tanto un gran número de evidencias sobre estas variaciones periódicas, anómalas e inesperadas, presentes en los periodos de semidesintegración de varios núcleos (en el artículo se habla del Manganeso 54, por ejemplo).
Hacen falta aún muchas más evidencias experimentales de distintos isótopos antes de poder explicar de forma realista el modo en que el Sol afecta a las desintegraciones nucleares. 
Para empezar, es obvio que no hay estos efectos en todas las desintegraciones. 
También por tanto dependerá de determinados núcleos o de determinadas estructuras nucleares. Además, si el Sol afecta a este ritmo de desintegraciones, es esperable que la influencia no sea constante con el tiempo.
Así que es posible que los mismos experimentos realizados en fechas diferentes pudieran no mostrar los mismos resultados. 
Aún así, ayudará a entender mejor tanto la estructura interna del Sol como el modo en que los neutrinos solares interaccionan con la materia aquí en la Tierra.

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