martes, 21 de junio de 2011

Simetrías


Las dos entran en el portal, escondiéndose de la luz de la luna.
 Solo unos minutos antes, David la había acompañado hasta la Plaza
 y se había despedido con un beso: 
“Hoy no te llevo a casa, que mañana me levanto temprano”.

Ella no insistió. 
Marcó el número y dijo: 
“Ya se ha ido. Voy para allá”. 

Cuando se encontraron, se abalanzaron la una sobre la otra. 
Se besaron, se tocaron, juntaron sus cuerpos como en un espejo.

Cuando empezó a amanecer, se separaron. 
Ella llamó a David para desearle buenos días.

No hay comentarios: