A veces, sólo a veces, uno mira la noche y descubre con asombro que no está hecha
de tiempo, sino de una materia más leve y misteriosa.
Una blanca pupila en un inmenso ojo negro, nos mira desde un mundo inalcanzable que, mágicamente, es, también, nuestro mundo.
.Otros hombres miraron ya esa sombra buscando el amparo de estrellas que los guiaran
por desiertos y mares, o buscando, quizás, los ojos de un Dios ajeno a su dolor.
.¿Cuántos hombres fueron?
¿Cuántos serán mientras la noche sea?
¿Qué peso puede tener mi soledad en el platillo de esa balanza impasible?
.
Un día, lo sé ahora (la noche me lo dice), nadie sabrá que yo fui.
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