A veces el instante es un algoritmo sin resolver, una ecuación indeterminada cuyas variables se esconden entre las hojas de las margaritas.
Tras cada pisada en la arena una fórmula nueva, sin lógica aparente,
dejando su rastro colgado de la suela de los zapatos.
Y girando sobre uno mismo y alzando la vista al frente,
un camino invisible en las sombras abriéndose paso sin premeditación,
pero con alevosía.
Tan simple como esquivo, tan esquivo como necesitado,
tan oculto como riente, tan virtual como Ser.
Pero siempre está un paso adelante.
Un paso más y tendrás que buscar al paso siguiente,
otro tramo más del mismo camino.
Donde al final del mismo, nos veremos como simples actores
de un interminable libro de tapas duras.
Sólo hemos de esperar que la última palabra…
haya dado validez a nuestras vivencias…FIN.
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