martes, 17 de enero de 2012

Triunfo dulce...



Fue una guerra dispuesta de otro modo,
bombas de chocolate y blindados de menta.

Los soldados vestían casaca de barquillo,
casco de mazapán. 

Sus fusiles ametrallaban 
 caramelo y calaban bayonetas de crema o de merengue.

Me vi envuelto en la dulce refriega.

Fuí alcanzado por un arroz con leche que se alojó en mi estómago. 

Había perdido muchos flanes de huevo.

La transfusión de natillas no llegó a tiempo.

Una hiperglucemia acabó con el sueño

de los pasteles rusos.

Lo amargo estaba perdido.

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