Nos toma la vida y empieza el baile...
qué fácil resulta seguir el ritmo,
vestidos con la emoción de gala,
¡qué disfrute en los pasos
y en el aire...!
que nos abre las pupilas y el trino,
nos mira, nos canta y acuna el alma.
Cuando el trueno da paso a la tormenta,
qué difícil resulta marcar el ritmo,
se moja la emoción y se para el baile
y confundidos resbalamos
en la niebla,
se nubla la pupila y se calla el trino,
mientras el silencio aprisiona el talle.
Y danzamos al ritmo de las sombras,
tristes y frágiles marionetas,
arrastrando los pies, sin zapatos,
tropezando en el tiempo sin horas,
rodando del camino a la cuneta,
con nosotros juega el destino a los dados...
De pronto la vida nos para en seco,
ya no hay ritmo, emoción, pupilas o trino,
tan sólo el vacío interpreta el viento
y en el alma surge su propio ritmo,
que es inmensidad y sentimiento:
¡¡es la armonía del espacio infinito...!!
majecarmu