sábado, 1 de junio de 2013

Aquel Zoo.


Desperté de pie, aturdido, sorprendido, y preguntándome quién sería aquella mujer que me estaba anudando la corbata, o quiénes eran todos aquellos seres que me rodeaban, o cómo había llegado yo hasta allí.
 Cuanto más miraba a mi alrededor más convencido estaba de que me hallaba en otro planeta: 
aquellos seres tan extraños nos miraban y hacían ruidos incomprensibles, 
como si fuéramos los animales de un zoo… 
Quizás por eso no recordaba nada después de abrir la puerta de mi casa para ir al trabajo:
 ¡Me habían secuestrado y ahora era un animal en un zoo alienígena! 
Pero… ¿Por qué aquella mujer seguía empeñada en anudarme la corbata sin decir nada?