El Sol es el lugar más caliente el sistema solar. En su superficie su temperatura oscila sobre unos 5.800 grados Kelvin, pero en su interior, en su núcleo, la temperatura supera los 15 millones de grados Kelvin.
¿Por qué esto es así?
El Sol es una bola de plasma grande compuesta principalmente de hidrógeno y todo se mantiene unido gracias a la gravedad mutua de toda su masa. La fuerte gravedad junto con la enorme masa de nuestra estrella,
de aproximadamente unos 1,989,000,000,000,000,000, 000,000,000,000 kilogramos,
trata de comprimir el Sol hacia el núcleo.
A medida que la fuerza de gravedad comprime la masa en el interior del Sol, se aumenta la temperatura y la presión conjuntamente en el núcleo.
Si consiguiéramos descender en el núcleo del Sol, llegaríamos a un punto en el cual la presión y temperatura serían suficientes como para generar fusión nuclear.
Es en este proceso en el cual los átomos de hidrógeno se convierten en átomos de helio.
Pero el proceso de fusión emite más energía de la que consume.
Así que cada vez que se emite una reacción de fusión, además se emite radiación gamma.
Es por ello, que gracias a la presión de la radiación creada por el núcleo,
que se impide de que el Sol se comprima más.
El Sol es en realidad un equilibrio perfecto.
La gravedad trata de comprimir el Sol, pero la presión que se genera en el núcleo del Sol,
hace que nuestro astro rey tenga esta forma de esfera.