sábado, 1 de junio de 2013

Qué difícil... pequeños relatos.


La serpiente me quedó más gorda de lo previsto, los elefantes pequeños, los camellos desproporcionados,
 los ratones demasiado grandes, sólo por nombrar a algunos de los animales;
 la verdad es que no estaba nada contento con el resultado, y mira que llevaba tiempo practicando.

 Así que cuando me puse con el hombre lo hice despacito.
 Pero al final me quedó raro ese pelo tan largo en la cabeza y tuve que ponerle barba en la cara para disimular, 
y con la mujer se me fue la mano en el pecho, pero la cara me salio mejor y no puse barba. 

¡Hay que ver qué difícil es ser Dios!