
Acechando el tiempo tras la ventana
veo estirarse por callejones rancios un día mas.
Va por ahí girando en su bicicleta centenaria
rodando el cansancio entre las piernas
esfera fatal de sed.
Màs lejos, ruedan los ojos vendados con una tela blanca en un río que nos astilla la piel y nos la vuelve amarga
ahora que la tarde se termina en el reloj de arena
rueda la hora seca
ahogada chirría en la ventana
púrpura y redonda volando sobre mí
ensopado de lluvia
nube... lenta ...espesa
para empapar otro día que nos pasa
como un sordo protector de pantalla.