domingo, 22 de septiembre de 2013

Exacta metáfora del viento (30646)


Después de un par de vinos, el hombre me confesó que llevaba años cultivando metáforas. 

Le pedí que me enseñara el huerto, si no estaba muy lejos. 
Era un pequeño campo de girasoles, tan cartesiano y magnético como suelen serlo este tipo de plantaciones.

 Cuando llegamos a su altura, que era más o menos la misma que la nuestra, uno de los girasoles dio un paso al frente y se quedó mirándome a los ojos.

La formación entera quedó desbaratada por obra de este sencillo gesto.

 Con disimulado orgullo el hombre puso su mano callosa en mi hombro, mientras poco a poco se iba extendiendo entre los girasoles un murmullo creciente, exacta metáfora del viento.