sábado, 21 de septiembre de 2013

Paréntesis del tiempo... Calendario de instantes (30627)


Tú y yo conocemos el momento en que la tarde se detiene.
 Tampoco es ningún secreto. 
No hay más que esperar a que la sombra vaya ganando arena centímetro a centímetro y dejar  que abandonen sus puestos los últimos bañistas. 
Tú y yo sabemos que ya no falta mucho para que el sol asome de nuevo por el declive occidental y se agarre ahora a su pendiente para dejarse deslizar por el velcro gastado de su dorso. 
Sentados en el espigón podemos entonces entregarnos al paréntesis,
 o a cualquier otra ocupación como por ejemplo ver entrar las lanchas 
en el puerto y cambiar sus imaginarios peces por reflejos.
 También es importante elegir el minuto adecuado de marcharse porque
 la tarde se despide siempre con un escalofrío.
 Ya digo, no es ningún secreto este momento de la tarde; 
si acaso solo es secreta la razón por la que tú y yo lo conocemos.