

De alguna manera, resulta divertido encontrar teístas bien intencionados que, en estos días de noviembre y situados en la segunda década del siglo XXI, se quedan aún perplejos y hasta horrorizados frente a las modernas teorías diseñadas para tender un puente, entre el hueco creado entre las cosas o la materia inerte y la vida, mediante la operación del “azar no blindado”, es decir, la unión del no-Azar con las Leyes de la Naturaleza para que eso fuese posible y bajo una serie de circunstancias “especiales”, la vida pudiera surgir en el planeta.
Por ejemplo, la clorofila ha resultado ser el medio por el cual las unidades vivas (plantas) utilizan la energía solar para fabricar almidones y grasas para producir el oxígeno necesario para la vida animal.
Los animales unicelulares han descubierto el método más corto para comer las plantas.
La muerte y el sexo han de crearse para que los organismos pluricelulares sean capaces de envejecer y dejar de funcionar como una cooperativa colonial de células.

Charles Darwin no sólo fue el artífice de la teoría biológica más influyente del siglo XVIII sino también un voraz devorador de todo de animales, incluyendo ejemplares la mayoría de los que descubrió.
A Darwin le gustaban los animales, sí: a ser posible guisados y con guarnición de papas.
Los animales descubrieron como comerse a otros animales.
Por encima de todo, ha evolucionado una especie inteligente de animales, una especie tan lista que ha descubierto la vía para salir de la Tierra y llevar todo el proceso de evolución hasta el extremo.
A algún observador extraterrestre, alguno de estos pasos muy bien le puede parecer menos probable que el paso inicial que va desde la carencia de vida a la primera materia viviente.


Un suceso de etapas largas de millones de años hicieron falta qpara que la “materia inerte” evolucionara hasta la vida primigenia bacteriana primero y…
Muchas son las fases por las que tuvieron que pasar los elementos químicos que, junto a la materia prebiótica, dieron lugar, finalmente, al surgir de la Vida en nuestro Planeta, la Tierra.
En la formación que finalmente podemos contemplar de la Tierra no intervinieron únicamente los procesos cósmicos.
Los animales, las plantas y los microorganismos influyeron de manera decisiva en las estructuras planetarias durante el curso de la historia de nuestro Planeta. Sin ellos no exitiría una atmósfera con oxígeno, ni islas de coral, ni tierras fértiles, ni materias primas el petróleo o el carbón.
Una fuente hidrotermal, denominada a veces como respiradero hidrotermal o fumadera, fumadero o fumarola hidrotermal, es una grieta en la superficie de un planeta del cual fluye agua geotermalmente caliente.
Las fuentes hidrotermales se encuentran comúnmente en lugares que son volcánicamente activos donde el magma está relativamente cerca de la superficie del planeta.
Las fuentes hidrotermales son abundantes en la porque es geológicamente activa y tiene cantidades grandes de agua en su superficie.
Los tipos comunes de la tierra incluyen las aguas termales, las fumarolas y los géiseres.
Relativo a las dimensiones del mar profundo, las áreas alrededor de las fuentes hidrotermales son biológicamente productivas, a menudo hospedando comunidades complejas alimentadas por los químicos disueltos en los fluidos que emite.

Alrededor de estos lugares viven criaturas que soportan temperaturas imposibles
En algún momento del pasado de la Tierra, estimado en aproximadamente 2.500 – 3.500 millones de años, tuvo lugar lo que denominamos revolución oxigénica, durante la cual las cianobacterias produjeron tanto oxígeno que la atmósfera y los océanos quedaron literalmente saturados de este nuevo compuesto químico.
Tal producción de oxígeno afectó drásticamente a la biósfera del planeta. Antes de la revolución oxigénica, pocos organismos estaban adaptados vivir en presencia de oxígeno abundante; las moléculas de oxígeno actuaban como un veneno, reaccionando con las moléculas orgánicas complejas y degradándolas.
Debido a esto, la mayor parte de la vida existente en ese momento debió quedar exterminada; las cianobacterias serían responsables de una gran extinción masiva.

Por otro lado, los elevados niveles de oxígeno que se acumularon en la atmósfera dieron como resultado una capa de ozono, de vital importancia la vida como la conocemos.
El ozono filtra los perniciosos rayos ultravioletas, que tienen un efecto especialmente perjudicial para los ácidos nucleicos, impidiendo que lleguen a la superficie de la Tierra.
Si lo miramos desde esa perspectiva, es muy probable que el desarrollo de la vida fuera de los océanos y más aún, de toda la vida como la conocemos, incluso la nuestra, haya sido posible solo gracias a la capa de ozono, y por ende, a las cianobacterias que aportaron el abundante oxígeno para generarla.

Sin la capa de ozono lo pasaríamos mal y no hace mucho, el comportamiento de esa especie “inteligente”, estuvo a punto de fastidiarla
Hay tres tipos de evidencias que nos pueden indicar cuándo comenzó la vida:

La primera evidencia está basada en los fósiles, que son los restos de organismos atrapados en rocas, donde las diferentes partes del organismo son reemplazadas por minerales.
La segunda evidencia es la proporción de los isótopos carbono 12 versus carbono 13 en materiales con alto contenido de carbono.
Si hay más carbono 12 que carbono 13, esto es evidencia que se trata de material orgánico (basado en fotosíntesis).

La tercera evidencia es la molecular.
Consiste en estimar, a partir del DNA de los organismos vivientes, hace cuántos años existió el antepasado común a todos ellos.
En general, esto se hace identificando las diferencias que existen en el genoma, sabiendo de antemano el tiempo que toma que una mutación aparezca y se estabilice en una especie.

LUCA
Este organismo sería la célula a partir de la cual se derivaron evocativamente todos los seres vivos que existen actualmente en la Tierra.
No se trata del primer ser vivo (el que Oparin denominó “Progenota”), que serían las primeras células que ya contenían material genético (material genético que parece ser habría sido el ARN) y, por tanto, poseían la capacidad de reproducirse.
LUCA sería bastante posterior a estas primeras formas primitivas.

Un cladograma que enlaza todos los grupos importantes de organismos vivos al LUA (el tronco negro en la parte inferior).
Este gráfico es derivado de la secuencia del ARN ribosómico.
Veremos que nosotros, es decir, el lugar donde estamos ubicados, sólo ocupa una pequeña “ramita” del inmenso árbol de la Vida y, desde luego estamos aquí, gracias a “criaturas” infinitesimales que hicieron posible en la Tierra la existencia de una adecuada atmósfera para los seres que, como nosotros, la necesitaban para surgir a la vida y poder evolucionar.
El árbol filogenético nos muestra cómo están relacionados los genomas de los procariotas con los demás seres vivos.
Así, como decimos más arriba, el último antepasado común universal, conocido por sus siglas en inglés LUCA (last universal common ancestor) es el hipotético último organismo del cual descendemos todos los existentes.
Como tal sería el antepasado común más reciente de todo el conjunto de los seres vivos actuales y probablemente también de todos los conocidos como fósiles, aunque no se puede descartar teóricamente que se identifiquen restos de otros seres vivos de la misma o mayor antigüedad que él.
Se estima que vivió hace alrededor de 3.500 millones de años.

Está aceptado y el consenso es que la vida apareció en el planeta hace 3,900 y 3,800 millones de años. Los primeros organismos fueron procariotas, células muy simples que carecen de núcleo.
Los procariotas que mejor conocemos son las bacterias, semejantes a la imagen que se muestra arriba.

El último eslabón del desarrollo humano, apareció en el planeta hace sólo 160.000 . Hablamos del Homo Sapiens.
Los homo antecessor eran individuos fuertes, altos y con rostros de rasgos modernos, con una mandíbula bastante parecida a la del homo erectus.
Sin embargo, la orientación facial es muy parecida a la del Homo sapiens.
Se acepta la teoría de que el Homo antecessor proviene de África, aunque se ha discutido debido a su parecido con el Homo erectus (Hombre de Pekín), lo que algunos sugiere un origen asiático.
Desgraciadamente, no se han encontrado aún fósiles en África de la misma antigüedad que podrían hacer seguir la pista de especie, y los de Asia contemporáneos a ella se refieren únicamente al Homo Erectus.
Se podría decir que es el eslabón que une al Homo ergaster y enlaza con formas más cercanas a nosotros.
A pesar de todos los estudios realizados, esta nueva especie está aún muy cuestionada por paleontólogos y especialistas, los cuales opinan que se trata en realidad de Homo Heidelbergensis.
Estas luchas dialécticas son muy comunes entre los especialistas y hasta que no hay una evidencia abrumadora (y a veces ni eso) no se ponen de acuerdo en las afirmaciones que realizan.
Mientras en Asia Homo Ergaster evolucionaba a Homo erectus, en África siguió un camino diferente evolutivamente paralelo, dando lugar a una nueva especie, de rasgos craneales aún más modernos, aunque todavía con parecido a la especie anterior; será una especie crucial, el Homo antecessor, ya que será la que origine definitivamente al Homo sapiens.
Un hecho común por lo que vemos en la historia del universo es la unión.
Las partículas elementales se unen formando átomos, que se unen formar moléculas que se unen creando la materia macroscópica que conocemos.
El mundo está formado por átomos y moléculas que conforman la materia de los mundos y de los seres vivos.

La evolución ha sido llevada en volandas por el tiempo para hacer posible los cambios.
Claro que, sin la molécula esencial de agua, la vida no sería posible.
Este hecho es factible en la materia orgánica, creando una rama del árbol de la boda universal de la que colgamos nosotros.
La unión de diversos componentes químicos, la teoría de la sopa prebiótica y un buen salto de años, con alguna chispa de originalidad, se formaron las células primitivas.

Esto ya surgía de la unión de múltiples compuestos.
Algo tan complejo y a la vez tan modular.
Pero esto no acaba aquí ni mucho menos…
La evolución y unión de más componentes llega a dar otras células más complejas, las eucariotas, que con su unión y evolución dan lugar a seres vivos superiores, como los conocemos ahora.
En este nivel, podemos ver como la unión en la mayoría de las especies da lugar a frutos muy diversos. Las manadas sirven de protección entre sí a la par que da ventajas añadidas.
Las tribus más de lo mismo.
En esencia, todas estas formas de unión tienen algo común, el trasvase de información y la prueba y error.
Así se llega a la actualidad.
Un mundo dominado por la unión de una especie dominante que ha sabido trabajar llegar mucho más lejos de donde estaba hace años.

Hemos cambiado las grutas naturales por los poblados de rústicas cabañas, y, con el paso del tiempo, por bellas y dinámicas ciudades que nos ofrecen todas las comodidades que podamos necesitar.
El Mundo ha cambiado debido a los seres que lo pueblan y, no todos los cambios se ven ni todo son hermosas ciudades, existen sobre la Tierra muchos seres invisibles a la vista que, hacen posible, con su actividad creadora, que nuestra atmósfera sea la idónea para que nosotros podamos habitar el planeta.
Sin embargo, pocos piensan en eso y no prestan atención al daño que sus comportamientos puedan producir al planeta que los acoge.
¡Qué gente!