Y dijo Dios:
con el sudor de tu rostro escalarás los peldaños empinados, saldrás de los baches del camino, sobrevivirás desgastado a las montañas de hielo y cruzarás tus fronteras de hijo de la tierra.
Lucharás por ser ala y soñarás el aire.
Y justo antes de volver a ser el polvo que fuiste, elevarás tus ojos a mí y yo te concederé el entendimiento que te prohibí morder.
Sólo entonces sabrás que nunca saliste de tu cueva de techos inclinados