Cuando la NASA realizó el primer censo de planetas en la Vía Láctea, se encontró con la evidencia científica de que podría existir vida en otros cuerpos celestes. Según los primeros datos arrojados, hay al menos 50 mil millones de estos cuerpos en nuestra galaxia y aproximadamente 500 millones de planetas están en una zona donde podría haber vida porque las temperaturas no son tan extremas.
Al leer estas noticias de hoy, uno se entristece al mirar hacia atrás en el tiempo y ver, cómo la ignorancia de muchos, llevaron las cosas hasta el extremo de la más atroz injusticia.
Giordano Bruno por Ettore Ferrari (1845-1929), Campo de’ Fiori, Roma.
Giordano Bruno, registrado al nacer como Filippo Bruno (Nola, Nápoles, 1548 – Roma,17 de febrero de 1600), fue un astrónomo, filósofo y poeta italiano.
Sus teorías cosmológicas superaron el modelo copernicano, pues propuso que el Sol era simplemente una estrella; que el universo había de contener un infinito número de mundos habitados por seres inteligentes, y propuso, en el campo teológico una forma particular de panteísmo, lo cual difería considerablemente de la visión cosmológica sostenida por la Iglesia católica. Pero no fueron estos razonamientos la causa de su condena sino sus afirmaciones teológicas, que lo llevaron a ser condenado por las autoridades civiles de Roma después de que la Inquisición romana lo encontró culpable de herejía, fue quemado en la hoguera.
Tras su muerte, su nombre ganó fama considerable, particularmente en el siglo XIX y principios del XX.
Nuestra imaginación siempre nos transportó a mundos que podrían ser, y, hemos llegado a ser conscientes de que esas “fantasías” se pueden trocar en realidades en el futuro.
Al pobre Giordano Bruno lo quemaron en la hoguera por decir que existían muchos mundos poblados por diversidad de criaturas y, muchos años más tarde, una parte de sus predicciones han sido ampliamente confirmadas, existen multitud de mundos en los que, la vida, podría estar muy presente.
No todos saben separar lo que es real y lo que es sólo fantasía creada por nuestras mentes que van, a veces, más allá de lo que podría ser.
Cuando un científico hace afirmaciones exageradas de cuestiones que atañen a su disciplina simplemente por buscar sobresalir y que sus afirmaciones llamen la atención y ganen la atención del público para mejor vender el producto, cuando eso ocurre, flaco están haciendo a la Ciencia en general y a sus compañeros en particular, ya que, los que escuchan o leen sus afirmaciones, al no ser expertos en la materia, pueden creer cuestiones que no se atienen a la verdad y, desde luego, en el tema de la vida extraterrestre, hay comentarios para todos los gustos y no todos, están basados en la ciencia, la imaginación juega a veces malas pasadas y nos hace ver lo que no existe.
Por el contrario, tampoco es bueno la negación sin más, como nos decía Sagan:
“La ausencia de pruebas no es prueba de ausencia”.
Impresión artística de Gliese 581 g
De todos esos planetas que han sido descubiertos, algunos están situados men la zona habitable de su estrella, tal es el caso de Gliese 581 y sus planetas Gliese 581 g y d. Sin lugar a duda, los exoplanetas son el campo de la astrofísica que más está atrayendo la atención del público desde hace tiempo.
Dentro de este campo existe una estrella que se puede considerar ya un “clásico”, llamada Gliese 581: una enana roja a tan solo 20 años luz que cuenta con un sistema planetario entero(sabemos que tiene, como mínimo, cuatro planetas orbitando a su alrededor).
La historia de Gliese 581 es muy curiosa.
En el 2009, el equipo de Michel Mayor (quien, por cierto, es la persona que detectó el primer exoplaneta) presentó un estudio en el que se planetaba la presencia de estos cuatro planetas (nombrados como Gliese 581 a, Gliese 581 b, Gliese 581 c y Gliese 581 d).
El sistema llamó mucho la atención, y pronto se tomaron nuevos datos que permitieron que Vogt y sus colaboradores confirmaran la presencia de estos cuatro planetas y propusieron otros dos planetas más, Gliese 581 f
(que orbita la estrella en 433 días) y Gliese 581 g
(con un periodo de 36.5 días).
Que ecxista realmente vida en el sistema planetario de Gliese 581, nadie lo sabe. Arriba Esquema gráfico mostrando a Gliese 581 g en la zona de habitabilidad. Además, se muestra una comparación entre la distancia de la Tierra al Sol, y Gliese 581 g a su estrella madre.
Hablamos de la posible existencia de la vida en otros mundos y, ni nosotros mismos hemos podido llegar a saber cómo pudo surgir o cómo llegó la vida a nuestro propio mundo.
Algunos investigadores creen que el tiempo que pasó entre el momento en el que la Tierra se hizo habitable y aquel en el que apareció la vida, fue demasiado corto para que surgiera algo tan complejo como una célula viva.
De ahí la hipótesis de que la vida llegó desde otro lugar. Sin embargo, lo cierto es que la vida, está aquí presente desde hace unos 3.800 millones de años en sus distintas formas y, la nuestra, quizá sea de las más recientes, toda vez que, alcanzar la conciencia no debe ser nada fácil.
Los últimos estudios realizados por un equipo de astrofísicos, les llevan a pensar que dentro de 1.700.000 años, la Tierra dejará de estar situada en la zona habitable del Sol y que ésta se moverá para acoger al planeta Marte que, de nuevo -como se cree tenía en el pasado-, adquirirá una atmósfera y volverán los océanos y la vida tal como ahora la podemos contemplar en nuestro planeta.
La teoría de que la vida es de origen extraterrestre ha tenido ilustres defensores. Entre ellos, el químico sueco Svante Arrhenius, ganador del premio Nobel de química de 1903 y recordado hoy por su concepción profética del efecto invernadero, acuñó el término “panspermia” para su teoría de que hay gérmenes de vida que existen en todo el cosmos y caen continuamente sobre la Tierra.
Más recientemente, un célebre astrónomo inglés, sir Fred Hoyle, quien murió en 2001, afirmó, junto con un colega de Sri Lanka, Chandra Wickramasinghe, haber detectado pruebas espectroscópicas de la presencia de organismos vivos en cometas. Francis Crick, codescubridor con James Watson de la estructura en doble hélice del DNA, ha propuesto incluso, con otro científico de origen inglés, Leslie Orgel, que los primeros organismos vivos pudieron haber alcanzado la Tierra a bordo de una nave espacial enviada por alguna “civilización distante”.
Dejando a un lado la nave espacial, de la que hasta ahora no se ha encontrado señal alguna, un origen extraterrestre de la vida es perfectamente verosímil.
La objeción que tantas veces se ha manifestado de que organismos vivos no podrían soportar las físicas que hay en el espacio, especialmente la intensa radiación ultravioleta, no se sostiene, porque rápidamente se advierte que cometas o meteoritos pueden ofrecer protección a los organismos.
La destrucción por el calor durante su entrada en la atmósfera terrestre podría evitarse de forma similar.
Además, la posibilidad de que la vida pueda ser un fenómeno extendido, que exista en muchos lugares del universo, es algo que tiene cada vez más adeptos.
Así, la eventualidad de que organismos vivos viajen a través del espacio en varios “objetos voladores” está lejos de ser inverosímil.
Pero…, ¿qué hay de las pruebas?
Las amenazas espaciales están siempre ahí.
No hace mucho que lo pudimos comprobar
Una cosa está clara: No sabemos lo que ahí fuera pueda existir y, posiblemente, sea más de lo que podamos imaginar.
Ahí tenemos todas esas observaciones, claramente innegables, que demuestran que los constituyentes elementales de la vida existen en cometas y otros objetos celestes.
Pero, ¿estas sustancias son producto de la vida,
como creen los defensores de la panspermia?
¿O bien son, por el contrario, el fruto de reacciones químicas espontáneas? la segunda explicación se considera la más probable de las dos.
Claro que, el hecho cierto de que los científicos encontraran elementos esenciales para la vida en otros lugares del Universo…
¡Parece un mensaje inequívoco!
Ahora se cree que es posible que moléculas como las encontradas en esta gigantesca nube, hayan sido de gran ayuda para crear la vida en la Tierra. Estamos en la inmensa Orión, ahí, el mayor Laboratorio químico que podamos imaginar harían las delicias de todos los químicoas de la Tierra y, no digamos de los astrónomos que darían parte de su vida por ver, in situ, como se forman las estrellas nuevas.
Tambien ahí están presentes transformaciones maravillosas que van dejando a punto esos “ladrillos· constituyentes que darán lugar a que, en algín mundo cercano, pueda surgir la vida.
Tenemos un amplio campo de complejas respuestas que tenemos que desvelar, descorriendo ello el velo de ignorancia que cubre nuestras mentes.
En este difícil tema de la Vida, aunque mucho es lo que hemos llegado a comprender, es mucho más lo que de ella ignoramos y, nadie, hasta el momento ha podido decir con palabras plenas qué es la Vida.
Sin embargo, ahí está, en mil formas y estados que hacen despertar nuestra curiosidad y nos empuja a querer llegar a comprender, lo que la vida es.
¡Desde una charca fangoza y caliente hasta la copa de los árboles!
¡Desde la materia inerte hasta los pensamientos!
La vida en nuestro planeta ha tenido un largo recorrido que ahora, tratar de llegar a las estrellas.
No, no ha sido fácil ni corto el camino que hemos tenido que recorrer y, aunque sólo sea una fracción del tiempo del Universo, para nosotros, la especie humana, ha sido muchísimo tiempo en el que, hemos podido, al menos, llegar a comprender que, no estemos solos.