viernes, 10 de enero de 2014

La rueda que gira - Teatro de los sueños. (32770)

La rueda que gira

Debo advertir que si hay alguien que no ha visto 12 Monos, es adecuado que lo haga antes de leer lo que viene a continuación. 

¿Quién no ha soñado alguna vez con viajar en el tiempo? 

Es uno de los temas más comunes de la ciencia ficción. 
Desde una complicada máquina hasta un agujero de gusano han servido para hacer realidad una de nuestras ilusiones. 
Quizás no se trate de algo imposible, al menos en un futuro no muy lejano, según afirman las últimas teorías de la Física cuántica. 

En cualquier caso los viajeros únicamente podrían ser espectadores de los hechos, ya que parece haber una ley universal que impide alterar lo que los científicos llaman continuo espacio-temporal. 
Y es que tan sólo una pequeña acción desencadenaría consecuencias impensables. 
En la película que mencionaba al principio, su protagonista es enviado al pasado con el objetivo de evitar que se propague un virus que exterminará a la casi totalidad de los habitantes del planeta.
 No hay duda que es un objetivo muy loable. 

Sin embargo sigue siendo una intervención en toda regla, se trata de cambiar el curso entero de la historia. Como eso no puede suceder, se cumple la ley. 
En este sentido es fundamental una escena recurrente. 

El protagonista se halla en un aeropuerto y es apenas un niño, observa una bella mujer y un hombre – al que nunca llega a verle el rostro – que es abatido por los disparos de la policía. 
Al final, y demasiado tarde como siempre, descubre que el hombre agonizante es él mismo. 

Mientras tanto el virus ya ha comenzado su letal efecto. 

De esta manera todo pasa y todo vuelve, eternamente gira la rueda del ser
como bien decía Nietzsche.