domingo, 2 de marzo de 2014

Amante probo



En cierto modo,
todos somos Romeo
(sin escaleras).

Capuleto de indómito deseo,
anota en su libreta,
la calle del balcón donde Julieta
exhibe un corazón de jubileo;
ser acaso Romeo
(el hombre más osado del planeta),
lo envuelve en la secreta
piadosa santidad de un dios ateo.
-No podrá con mi fe de amante probo,
ni vértigo ni altura
ni cárcel de cristal sobre la roca;
me muevo en la penumbra, soy un lobo
de roja dentadura,
al acecho constante de tu boca-

Del libro de poemas Oceanario.