jueves, 10 de julio de 2014

Búsqueda ... Cuento para aprender a jugar.


En la selva de tu pelo enmarañado
busco estrellas de neón y porcelana
y una luna, mengana,
que naufrague en el arcén de mi tejado,
busco el rojo mapamundi del pecado
donde Dios (el diablo y Dios) y la manzana,
convirtieron a la Eva cotidiana,
en un ángel de pasión, abandonado;
busco un cielo más allá de este planeta,
una puerta secreta
que conduzca al otro del espejo,
cierta llave de oro blanco (cerradura
de febril conjetura),
donde Alicia se desnude ante el conejo.