jueves, 10 de julio de 2014

Gato viejo...Apenas penas.


La grela de Condarco, bataclana
de un mugriento sainete,
movía como nadie el cubilete,
con sapiencia de jermu veterana.

Carpusa, la fulana,
por un guiso de arvejas y un billete,
montaba un estritís de la gran siete,
laburando seis noches por semana.

Sin pudor, el reaje,
en punga procesión de matonaje,
le batía, procaz, la canzoneta
del sonoro cortejo,
y la nami en bolainas (gato viejo),
seguía revoleando la chancleta.