martes, 25 de noviembre de 2014

Aquel actor...

Pobre actor con tu soledad a cuestas
pesada mochila vacía sobre tus espaldas
entregando tu arte
bajo la nitidez de las estrellas.

Desde aquí veo el resplandor de tus ojos,
espejos de una vida agrietada,
horas lejanas titilan en tu mirada,
el amor no es más que un agujero en tu pecho
y en la transparencia del tiempo
no hay más que despojos.

Pobre actor, regalador de fantasías,
alegrías ajenas dibujaron una sonrisa
en tu cara,
aplausos de colores colmaron la sala,
lluvia de flores y "bravos!" fueron
alimento de tu alma.

Hoy sin palmas ni público
vagas desnudo por el patio
del improvisado teatro blanco,
el olvido te ha bajado el telón:
no pudiste dar el saludo final.

Sólo las estrellas, tú y estas azules
son testigos de tan exitosa obra.