El
universo está lleno de misterios que desafían nuestro actual conocimiento.
El Alma, su
existencia encaja en las leyes de la física.
No es correcto decir que creer en el alma no es científico.
Aquí la palabra “alma” se refiere a una personalidad
independiente del cerebro o del resto del cuerpo humano que puede sobrevivir
más allá de la muerte.
“Las fuertes dudas sobre la sobrevivencia de la personalidad
basadas únicamente en la creencia de que la supervivencia después de la muerte
es incompatible con las leyes de la física son infundadas”.
“No ha habido ningún indicio de mis descripciones (o
concepciones) anteriores de esta mecánica cuántica ortodoxa sobre cualquier
noción de supervivencia de la personalidad”.
Por qué la Teoría cuántica podría dar indicios de vida
después de la muerte
La teoría cuántica corta fundamentalmente al mundo en dos partes,
las matemáticas
clásicas podrían describir el proceso físico experimentado empíricamente.
Debajo, las matemáticas cuánticas describen un reino “que no implica
determinismo físico completo”.
“Uno generalmente encuentra que el estado evolucionado del
sistema, no puede ser igualado con ninguna descripción clásica de las
propiedades visibles para los observadores”.
Entonces, ¿cómo observamos los científicos lo invisible?
Usamos propiedades particulares del sistema cuántico e instalan aparatos para ver sus
efectos en el proceso físico “sobre el corte”.
La clave está en la elección de quien lo experimenta.
Cuando
trabajas con el sistema cuántico, la elección del observador se muestra para
impactar físicamente lo que se manifiesta y que puede ser observado sobre el
corte.
Cito la analogía de Bohr sobre esta interacción entre el
científico y los resultados de su experimento:
“es como un hombre ciego con un bastón: cuando el bastón se
lleva suelto, el borde entre la persona y el mundo exterior se divide entre la
mano y el bastón; pero cuando es sostenido firmemente se vuelve parte del yo
exploratorio: la persona siente que él mismo se extiende hasta la punta del bastón”.
Lo físico y lo mental están conectados de forma dinámica.
En
términos de la relación entre mente y cerebro, parece que el observador puede
sostener una actividad cerebral determinada que de otro modo sería breve.
Ésta
es una elección similar a la que hace un científico cuando decide qué
propiedades del sistema cuántico estudiar.
La explicación cuántica sobre cómo la mente y el cerebro
pueden separarse o diferenciarse, aún conectadas por las leyes de la física
“es
una revelación agradable”.
“Esto resuelve el problema que ha
plagado ambas, ciencia y filosofía por siglos, la necesidad del mandato
científico ya sea para equiparar a la mente con el cerebro, o para hacer al
cerebro dinámicamente independiente de la mente”.
No es contrario a las leyes de la física que la personalidad
de una persona muerta pueda adherirse a alguien vivo como en el caso de la
llamada posesión espiritual. No requeriría ningún cambio básico en la teoría
ortodoxa, aunque “requeriría flexibilidad en la idea de que eventos físicos y
mentales ocurren sólo cuando ambos se juntan”.
La teoría física clásica solo puede evadir el problema, y
los físicos clásicos solo pueden trabajar para desacreditar la intuición
definiéndola como un producto de la confusión humana
En lugar de
eso, la ciencia debería, reconocer “los efectos físicos de la conciencia como
un problema físico que necesita ser respondido en términos dinámicos”.
Cómo este entendimiento afecta el tejido moral de la
sociedad
Por otra parte, es imperativo para mantener la moral humana
considerar a la gente como algo más que solo máquinas de carne y hueso.
“Ahora se volvió ampliamente apreciada la asimilación del
público en general de esta visión “científica”, de acuerdo con la cual cada ser
humano es básicamente un robot mecánico, la cual parece tener un impacto
significativo y corrosivo en el tejido moral de la sociedad”.
“la creciente tendencia de la gente a
exonerarse a sí misma argumentando que no soy “yo” quien está equivocado, sino
algún proceso mecánico interno: “mis genes, me hicieron hacerlo”; o “mi alta
glucosa en la sangre me hizo hacerlo”.
Evocando la famosa defensa por demencia que
sacó a Dan White después de cinco años de haber asesinado al alcalde de San
Francisco George Moscone y al supervisor Harvey Milk”.