lunes, 29 de diciembre de 2014

Cuando llueve a cántaros…en el Sol

Al igual que en la Tierra, el Sol tiene períodos de mal tiempo, con fuertes vientos y lluvia abundante. 
Pero a diferencia de nuestras tormentas, la lluvia en el Sol está hecho de gas eléctricamente cargado (plasma) y cae a alrededor de 200.000 kilómetros por hora desde la atmósfera solar exterior, la corona, a la superficie del Sol.
 Y los miles de gotitas que forman la ducha de ‘lluvia coronal’ son en sí mismos cada una tan grandes como Irlanda.
Ahora, un equipo de físicos solares, dirigidos por el Dr. Eamon Scullion del Trinity College de Dublín, han reconstruido una explicación para este fenómeno intrigante, con imágenes que muestran una “cascada” en la atmósfera del sol. El Dr Scullion presentará su trabajo en la Reunión Nacional de Astronomía (NAM 2014) en Portsmouth el martes 24 junio 2014.
Descubierta hace casi 40 años, los físicos solares están ahora en condiciones de estudiar la lluvia coronal con gran detalle gracias a satélites como el Observatorio de Dinámica Solar (SDO) y observatorios terrestres como el Telescopio Solar de Suecia (SST). 
Los científicos ven turnos regulares y masivos en el “clima” solar, pero a pesar de décadas de investigación han sido hasta ahora incapaces de entender la física de la lluvia coronal.
Resulta que el proceso a través del cual se forma la lluvia caliente en el sol es sorprendentemente similar a cómo la lluvia ocurre en la Tierra.

 Si las condiciones en la atmósfera solar son adecuadas, entonces nubes de calor caen de nuevo a la superficie solar en forma de gotas de lluvia en la corona.
En otro paralelo con el tiempo terrestre, el material que compone las nubes de lluvia calientes llega a la corona a través de un proceso de evaporación rápida. 
Pero aquí la evaporación es causada por las llamaradas solares, las explosiones más poderosas del sistema solar que se cree ayudan a calentar la atmósfera exterior del sol. Los orígenes de calentamiento de la corona solar, sin embargo, siguen siendo uno de los más largos rompecabezas en pie en la física solar.
Las tormentas de lluvia torrenciales, impulsadas ​​por las llamaradas solares, pueden desempeñar un papel fundamental en el control del ciclo de masa de la atmósfera solar y actúan como una especie de termostato a “escala solar” en la regulación de las fluctuaciones de la temperatura de la corona solar. 
El Dr Scullion y su equipo han desarrollado una nueva visión de cómo se forma la lluvia coronal. Junto con colaboradores en el Trinity College de Dublín y la Universidad de Oslo en Noruega, sugiere un modelo de “enfriamiento catastrófico”, donde una caída excepcionalmente rápida de la temperatura hace que el material cambie de gas coronal enrarecido a “gotas de lluvia”.
El equipo utilizó imágenes del Telescopio Solar sueco situado en La Palma en las Islas Canarias, un telescopio que produce algunas de las imágenes más nítidas del Sol disponibles. 
En junio de 2012 se observó una “cascada” gigante de material solar que cae de la atmósfera exterior del Sol en una mancha solar oscura en su superficie.