martes, 30 de diciembre de 2014

de Bohemia...

Quizás en otra vida, hace mucho tiempo, vivimos juntos en la selva, adorábamos dioses de barro, corríamos libres y desnudos, bebíamos de las hojas verdes y el amor no tenía palabras.

Quizás en otra vida fuiste una cortesana y yo un fiel criado que bebía los vientos por mí, y de noche, cuando reinaba el silencio, arrancaba con mis dedos música de tu garganta.

Quizás en otra vida vivimos en un acantilado, teníamos una barca con nombre de mujer, yo echaba las redes al mar y tu las zurcía. Teníamos tres hijos de pelo rojo con tus ojos y mis dedos largos.

Quizás en otra vida fui un músico de jazz que tocaba en un garito de Harlem, donde tu era una oxigenada camarera que suspiraba por mi y yo soñaba con ser tú instrumento favorito.

Quizás en otra vida nos conocimos y quizás en otras nos hemos buscado, cruzándonos sin reconocernos...

Quizás, quizás, quizás...

Foto: de Bohemia...

Quizás en otra vida, hace mucho tiempo, vivimos juntos en la selva, adorábamos dioses de barro, corríamos libres y desnudos, bebíamos de las hojas verdes y el amor no tenía palabras.

Quizás en otra vida fuiste una cortesana y yo un fiel criado que bebía los vientos por mí, y de noche, cuando reinaba el silencio, arrancaba con mis dedos música de tu garganta.

Quizás en otra vida vivimos en un acantilado, teníamos una barca con nombre de mujer, yo echaba las redes al mar y tu las zurcía. Teníamos tres hijos de pelo rojo con tus ojos y mis dedos largos.

Quizás en otra vida fui un músico de jazz que tocaba en un garito de Harlem, donde tu era una oxigenada camarera que suspiraba por mi y yo soñaba con ser tú instrumento favorito.

Quizás en otra vida nos conocimos y quizás en otras nos hemos buscado, cruzándonos sin reconocernos...

Quizás, quizás, quizás...