Sentada en las rodillas de mi abuela oí las primeras historias de árboles y piedras que dialogan entre sí, con los animales y con la gente.
Nada más me decía: "hay que aprender a interpretar sus signos y a percibir sus sonidos que suelen esconderse en el viento".
Elicura Chihuailaf
Nada más me decía: "hay que aprender a interpretar sus signos y a percibir sus sonidos que suelen esconderse en el viento".
Elicura Chihuailaf