domingo, 25 de enero de 2015

Quien tiene la razón...?


En una de las primeras clases de física en la vida de Gustavo, la profesora dicto un problema que proponía lo siguiente:

Se deja caer una pelotita saltarina de una balcón de diez metros, cada vez que rebota llega hasta la mitad de la altura del rebote anterior. ¿A que altura va a estar la pelotita en el quinto pique?.

Gustavo lo resolvió muy rápido, le pareció extraño que una profesora para presentar una ciencia intrigante y exacta como la física haya utilizado un ejercicio tan fácil.

Ante la duda busco una trampa, debía tener algo mas rebuscado escondido, entonces el planteo se transformo en un verdadero problema. Para averiguar la altura de los piques había que partir de diez metros y dividirlos por dos, esos cinco metros resultantes volver a dividirlos por dos para averiguar el segundo pique, y así hasta llegar al quinto rebote pedido.

En busca de una buena nota Gustavo se aventuro al sexto rebote, al séptimo, al octavo y descubrió que todo era una farsa.
Se acerco a la profesora y le dijo: - Profe, según este ejercicio la pelotita nunca dejaría de picar, se puede dividir por dos eternamente y nunca se llegaría al cero.

La profesora desafiante le dijo:- Es imposible, ¿Como podes probarlo?

Gustavo tomo la calculadora y dividió muchas veces el diez por dos. Nunca se llegaba a cero, la calculadora aguantaba hasta 0,5748747364653 pero podía seguir infinitamente.

Ante esta situación la profesora le dirigió a Gustavo unas palabras que lo marcaron de por vida: - Gustavo, dedíquese a hacer lo que yo le pida, que no es tan difícil.

Y la pelota quedo picando en la cabeza de Gustavo, como le pica la duda.

Dudas de un físico.