Nadie puede decirnos quienes somos realmente, pero todos buscamos una definición que venga de afuera.
La magia de ser tu mismo, es la respuesta que hallamos cuando empezamos a buscarnos y no encontramos objetividad sino subjetividad.
Y este hallazgo es como una bendición, un éxtasis que permite que dejemos de buscar el camino hacia el paraíso " fuera " y empecemos dentro de nosotros.