Cuando llegué al centro del laberinto, el Minotauro me esperaba parado,
junto al tablero de ajedrez.
Me invitó a tomar asiento y me preguntó...
Blancas o Negras...?
Me comentó, que si yo ganaba la partida me dejaría ir,
de lo contrario, ya sabía las consecuencias.
Asentí con la cabeza e inicié la partida...
Peón 4 Rey, en Minotauro respondió con Peón 3 Dama...
Al cabo de varias horas, acordamos tablas y continuar mañana...
Desde entonces las partidas se han hecho interminables, y quedó en claro que quiero ganarle al Minotauro, como tan claro que nunca su intención fue dejarme ganar