sábado, 2 de mayo de 2015

Ajuar...


Benditos los cajones de tu pieza
que guardan la nocturna lencería
y el raso de la blanca epifanía
que adorna tu belleza;
vestuario de sutil delicadeza
urdido con hilván de hechicería,
ropaje religioso de ambrosía,
ajuar de niña alteza;
bendito el universo del bordado
y el viento delicado que desnuda
las célibes puntillas de tu traje,
la seda lujuriosa del pecado,
el oro de tu muda
y el fausto sortilegio del encaje.

Del libro De diluvios y andenes.