miércoles, 11 de noviembre de 2015

Como puede la Celeste y Blanca...



Cuando te miento... Te miento enserio!
Resulta que antes eran caranchos los abuelos que pedían el 82%, que no era viable, que esto llevaría a la quiebra del estado, mientras se compraban netbook, se daban sueldos del doble de la mínima a presos, irónicamente algunos de estos estaban por robar a abuelos, golpearlos, torturarlos y violarlos, que bueno que el kirchberismo se solidarizo con los reclusos, y dijo los abuelos caranchos que quieren quebrar al estado, le daremos ese dinero a los delincuentes, asi no les baja la moral el estar detenidos, pero ahora abuelo\a necesitan su voto, por eso le prometen el 82%, recuerde la marcha de Nisman donde ustedes según el estado eran muy viejos para protestar, que su reclamo no tenia validez, es hora de despedir a esta gente de sus cargos, y los esperamos a todos los abuelos votando en consecuencia.




Según nos informan, su staff estaría preparando su próximo reto, el cual según revelan fuentes cercanas a estos, se llamaría "Delincuentes en acción", y trataría de, productores y conductores de este ciclo, tratando de conseguir sustento a como de lugar, convirtiéndose cada uno de ellos, en carteristas, pungas, arrebatadores, prostitutas/os para superar el mal tiempo, este también se emitiría por la Televisión Publica, con formato de reality show, y al parecer intentaría demostrar lo que pasa, cuando un grupo de ciudadanos traiciona a su país y a su gente por unas cuantas monedas.
También nos adelantan que habria figuras de primerísimo nivel invitadas como, Andrea Del Boca, Pablo Echarri, Victor Hugo M
orales, Nancy Dupla, Fito Paez, Brancatelli, Mauro Viale, La Morsa, etc. etc... estos en grupo compartirían por encontrar una porción de pizza en una montaña de basura del Ceamse.
Próximamente!!! por el 7, "les van a estar dando"
Andres Antik

Miedo, oKupas y colapso: 
El autoritarismo K hacia su tormenta política perfecta
"El kirchnerismo no comprendió que, en forma mayoritaria, a sociedad se dispuso a recuperar los derechos que había cedido, en el cénit de la crisis de 2001/2002, por diversas razones. Quizás uno de los motivos de ese reclamo de devolución de derechos haya sido consecuencia de que el esplendor económico derivado de los altos precios de la soja no se derramó a la sociedad con tanto fulgor, y sólo se percibió el desvío de ese auge a zonas insondables del oficialismo y a sectores que desde el Poder Ejecutivo se buscaba fidelizar mediante la holgura y el ocio que subvencionaban los planes sociales.
 El error imperdonable de la jefatura K es no haberlo percibido... hasta la noche del domingo 25/10... y ahora todo se precipita cuesta abajo", advierte el autor.
por ALPHONSE DE LUXEMBURGO


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24).

 Los políticos profesionales se suelen equivocar con frecuencia, especialmente cuando transcurre el tiempo y se aferran a la fórmula que les dio éxito al comienzo de una experiencia. Lo que ellos suelen olvidar, cegados por las mieles del esplendor y la popularidad, es que las sociedades cambian.
“La popularidad es la prima barata del prestigio”, escribieron Armando Bo y Nicolás Giacobone, premiados guionistas de la película “Birdman”, galardonada con el premio Oscar.
Y eso es lo que le sucedió a CFK y su troupe circense. Así como les sucedió a Raúl Alfonsín y Carlos Menem.
¿Cómo es que una misma sociedad aceptó someterse al personalismo y autoritarismo neofascista de los Kirchner y luego, ahora, repudia el quite de esa misma libertad que cedió en el 2003?
El colapso económico-político de 2002 le abrió la puerta a ese ejercicio social del masoquismo. La sociedad, para sobrevivir y sobreponerse a la crisis, convino ceder sus derechos (básicamente, la libertad) a un gobierno, que como piloto de tormentas debía arrancar al país del vórtice.
Los Kichner, ostensiblemente, aprovecharon la ocasión para fortalecerse a sí mismos (Néstor asumió con semejante fragilidad a la que exhibía esa sociedad estragada), desplegando –a costa de los derechos cedidos pero no a título perpetuo a un gobierno encomendado en cauterizar las heridas de la crisis- un despotismo tolerado en función de la gravedad de la situación.
Así, el matrimonio santacruceño supuso, junto con toda la estirpe política, que ellos disponían de un pase libre eterno para instaurar su clásico fascismo caudillesco (un cesarismo entendido como un autoritarismo al que accedieron por vías democráticas), aunque revestido con no menos arcaicos ropajes de un izquierdismo peronista equívoco y falso.
De ese modo, se valieron de algunos nostálgicos, quienes no habían podido en la década del '70 imponer el golpe de Estado montonero al anciano general Juan Perón, y de algunos otros más jóvenes, embaucados como presuntos partícipes de una módica revolución, mientras los Kirchner, al parecer, se enriquecían sin poder ocultar su opulencia de origen brumoso e inexorablemente mal habido. Ambos grupos devinieron en cómplices del enriquecimiento ilícito, lo que es paradójicamente triste: su idealismo fue simplemente manipulado por los Kichner para saturar sus cajas fuertes familiares con dinero incapaz de desprenderse de la sospecha de lavado.
La ecuación política se construyó como un nacionalismo tibiamente de izquierda con Néstor Kirchner y luego más expresivo y menos tibio con Cristina Kirchner, quien se aferró a su propia nostalgia e interpretación presuntamente épica de los ’70, cuando estudió Abogacía en La Plata. 
Ese nacionalismo abrevó del marxismo, con el que mantiene una cierta coincidencia: ambos confieren a sus dirigentes el rol de líderes de una turba que desconoce su propia expoliación (el pueblo) y, por tanto, se erigen en los iluminados que procuran proveerle felicidad tras conseguir la liberación de imprecisos controles extranjeros, en una xenofobia que en la Argentina se focalizó, tal como en el fascismo italiano, el nazismo alemán o en el comunismo stalinista (no extraña la adhesión de Diana Conti, que reinvindicó a esa dictadura), en la persecución de sus opositores.