martes, 3 de noviembre de 2015

Habermas. Teoría Pragmática de la Acción.

Habermas establece un sistema filosófico de corte pragmático. 
Se denomina Pragmática formal o trascendental. 
El interés que mueve a Habermas se puede desplegar en tres objetivos:
  • Defender la realidad después del giro pragmático
  • Salvar la concepción no epistemológica de la verdad. Puedes encontrar el desarrollo de este punto en el concepto discursivo de la verdad
  • Reconciliar el Realismo Epistemológico con el Constructivismo moral
Realismo sin representación. Realismo Epistemológico
Habermas defiende que la realidad se concibe como una suma de intuiciones que conforman un esquema conceptual. Después del giro pragmático, caracterizado porque no hay escapatoria al lenguaje, la realidad se asienta sobre el concepto de un mundo objetivo que presuponemos, y eso implica que no existe justificación porque nuestro conocimiento es falible.
¿Cómo lo demuestra Habermas?
  • En primer lugar, parte de que en el pragmatismo kantiano se buscan las condiciones universales para el sujeto y para las estructuras intersubjetivas. Y eso a Habermas no le encaja nada bien con la imagen del conocimiento como representación.
  • En segundo lugar, establece que el conocimiento realmente no es representación, sino procesos de interacción. Este punto lo encontrarás desarrollado en Concpeto  Discursivo de Verdad
  • En tercer lugar establece que presuponemos el mundo objetivo, tanto en el discurso como en la acción, de manera que se origina un mundo que sería la suma de todos los objetos, no de todos los hechos, porque los hechos dependen del lenguaje. Esto nos lleva a un concepto semántico de mundo como la suma de todos los sistemas de referencia posibles, o bien a un concepto epistemológico de mundo como la suma de todas las interacciones.
Se estructura la realidad por tanto en mundo objetivo y mundo de la vida. El mundo objetivo es accesible intersubjetivamente gracias a la racionalidad comunicativa.
Constructivismo moral
El pragmatismo kantiano presentaba una asimetría entre la justicia moral y la verdad no epistemológica.
  • La justicia moral (corrección normativa, justicia normativa) es la justificabilidad ideal, y su imparcialidad está garantizada por la aceptabilidad racional. Pero según Habermas, la aceptabilidad racional señala la verdad proposicional (la que expresa hechos) y agota el significado de justicia moral.
  • La verdad no epistemológica es aquella que trasciende cualquier contexto de justificación, presupone ontológicamente un mundo objetivo.
La justicia normativa, que establece el concepto discursivo de verdad, se basa en normas aceptadas intersubjetivamente como válidas, gracias a la Racionalidad Comunicativa.  Es decir, los juicios morales se establecen como verdad. Pero en los juicios morales no existe un estado de las cosas, sino una contingencia incontrolada de situaciones decepcionantes.
Nos guíamos por normas morales que provienen de antaño, que han sido modificadas por el flujo de la historia, por verdades que siempre lo han sido y que no nos cuestionamos. Cuando se establece un juicio moral, se barajan estas normas de inercia añeja con el contexto y surgen situaciones inesperadas, que no cumplen nuestras expectativas y nos decepcionan.
Cuando fracasan los juicios morales se lanzan los procesos de aprendizaje, desplegándose una inclusión mutua, se realiza una construcción conjunta, porque la base del conocimiento es la intersubjetividad, por lo que hay que eliminar el egocentrismo y el etnocentrismo.
Pero la verdad no sólo atañe a las afirmaciones morales, también está presente en las afirmaciones descriptivas.
El mundo moral se construye como proyección del mundo social inclusivo mediante intersubjetividades en condiciones ideales. 
Algo parecido al concepto de fines de Kant.
 De esta manera, se origina un sustituto a la referencia ontológica de un mundo objetivo.