miércoles, 18 de noviembre de 2015

Octubre... Apenas Penas.


Jugabas a decir que me querías,
sin otra vestimenta que un sombrero,
desnuda en la penumbra de los días,
y yo, tu carcelero,
enlazaba tus manos con las mías
y era octubre en tus labios. O febrero
en tu boca de laicas letanías
y en tu paso viajero.
Pequeño corazón de risa oscura,
corcel, cabalgadura
del río de la sed que va contigo.
Febril y escandalosa,
en el íntimo orgasmo de la rosa,
al sur de la galaxia de tu ombligo.

Del libro Oceanario.