miércoles, 3 de febrero de 2016

El final del túnel…Bueyes Perdidos. (36478)


La luz al final del túnel, eso es otra de las fantasías que se dejan escuchar a diario, como puede ser que millones de individuos acepten ciegamente semejante afirmación.

 Claro, con el mismo razonamiento podría decirse que al final no existe nada mas, ni luz ni oscuridad, la nada, claro que para nuestra pobre psiquis eso es algo difícil de digerir.

Así que las opiniones son variopintas, como las diatribas que las defienden y sustentan, desde luego ninguno de los argumentos que he escuchado a lo largo de mi vida han tenido el mínimo respaldo, tampoco se me ocurre bien como alguien seria capaz de presentar algún tipo de prueba, solo es un camino de ida.

 Se me ocurre pensar que en toda comunidad siempre debe de haber algún tipo de polémica, es casi tan ilusorio pensar en un acuerdo generalizado, entre millones de personalidades, como afirmar sin dudas algún argumento sobre nuestro destino al final del ciclo que hemos de cumplir. 
Simple palabrería.

Generación tras generación alguien se destaca por su pensamiento abierto a los conceptos que algunos han llegado a llamar “religiosos”, este alguien rápidamente encuentra sendos seguidores, así que la predica se expande de manera cuasi exponencial; no me parece mal en la medida que no se utilice esa predica, esas conjeturas mejor dicho, como base de argumentaciones científicas, siempre hay quienes aceptan como valido cualquier concepto no demostrado, por el simple hecho de provenir de la mente de alguien a quien se lo considera “superior”, vaya uno a saber en base a que parámetros.

En lo personal me gusta la idea de que más allá de esto hay otra vida, pero soy demasiado orgulloso como para admitirlo públicamente, ni siquiera ante mis mejores amigos, ¿de que manera podría, si me dejo llevar por el entusiasmo y la dialéctica, pregonar una especie de ateismo a cualquiera de las orientaciones predicadas?

Lo dicho mis amigos, solo ustedes conocen mi mas profundo sentir, esa arraigada esperanza de una vida mas allá del túnel, una nueva evolución, no soy religioso, no soy un dogmático, desde luego que no soy científico, soy apenas uno más entre los millones de espermatozoides que habitamos éste, nuestro pequeño universo, en espera del empuje redentor.

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